miércoles, 28 de agosto de 2013

Supongamos que te echo de menos.


Supongamos que te echo de menos... 
¿Volverías? 
Supongamos que no hay día en que no me acuerde de ti,
 y cada vez que te pienso tenga que distraerme
 para poder parar. 
Supongamos que me atrevo a decirte algo
¿reaccionarías?
 ¿Crees que merece la pena empeñar 
                      mi orgullo
 o empeñar la poesía? 
Supongamos que desaparece 
                           aquél fin se semana. 
Supongamos que aquello no acabó conmigo.
 Y ahora... 
Ahora yo supondré que tú aún no me has olvidado,
 que tu intención no era la de alejarme 
matándome poco a poco, 
que aún queda esperanza, 
que no la hemos desperdiciado toda.
¿Marcarías mi número? 
Son las cuatro de la mañana de 
                            cualquier día de agosto 
y es tu silencio el único que ahora me despierta al caer la noche.
 Es tan difícil conciliar el sueño 
después de habértelo regalado a ti. 
A veces pienso en 
                              llamarte 
o escribirte para que me lo devuelvas.
 Echo de menos a la persona que solía ser 
antes de conocerte... 
Antes de convertirme en la mitad de todo.
                     De nada.
 Sin ti me sobra la mitad de la cama,
                                                      de la almohada, 
                                                del sofá. 
Sin embargo, 
          te fuiste
Y a mí sólo me queda suponer 
que a ti también te sobran
 las mismas mitades.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Ahogame entre sábanas que hacen de este amor la más cruel guerra.

Creo que no va a salir nada bueno de esta cerveza.
 Pero qué más puede pedirse, 
sin necesidad de bebernos ya somos
            adictos a tenernos.
                          No me faltes nunca. 
Ahora vos podés pensar que está todo bien, 
mientras yo te adolezco hablándole de vos a 
                    mis noches en vela, 
                              a mis hojas en blanco. 
Al profundo letargo que, supongo, 
Dios me entregará algún día como recompensa. 
Y quisiera decirte que no voy a llorar
                               jamás 
porque no me quisieras tal como fui,
 pero es verdad que me encantaría que 
nos hiciéramos cargo de eso de que 

           todo empiece de cero -entre nosotros-
 porque no hay nada que quisiera más que
                           desconocerte, 
                                     desentenderte, 
pero eso jamás ocurrirá 
porque ya sos renglones de 
      esta tinta que me llena la sangre. 
Serrat no se equivocó un ápice 
                     -al contrario que yo- 
cuando me dijo eso de que no había
 nada más bello que lo que nunca he tenido, 
ni nada más amado que lo que perdí. 
En cambio, ahora cuenta algo de que 
tu sombra va a seguir metiéndose en mi cama 
                             con la oscuridad,
                                                   entre mi almohada 
                                                                   y mi soledad,
 y yo tengo auténtico miedo de no poder soltarte más
 porque estas ganas de vos
son más fuertes que cualquier palabra escondida
 o que intente esconder. 
Así que, a partir de ahora, por favor, 
                          callá todas las sandeces 
que estés a punto de decir y 
                                  matame a gritos de ternura,
                                       ahogame entre sábanas
 que hacen de este 
                                        amor
 la más cruel 
                                        guerra,
y de esta guerra el 
                                       crimen
 más perfecto, no el que quedó sin culpable, 
sino ese en el que pudimos culpar a otros 
por nuestros días de mediocridad y miseria. 
Porque nos escaseamos de querer
 y nos cansamos de querernos a nosotros mismos 
sin poder vernos, 
que estuvimos tanto tiempo
                      frente a frente
 y nos cegaron los toques de la
                     incoherencia.

martes, 13 de agosto de 2013

Vamos a comernos a bocados de locura, que ya mañana me contás esa historia de las consecuencias.

Nuevamente la extrañeza de extrañarte. 
De extrañar eso tan bonito de hablar desde que yo me levantaba 
hasta que vos te me dormías. 
Pero hoy es martes y 13, 
y disculpá que me esconda atrás de mis supersticiones, 
pero esto no podía salir bien de ninguna manera. 
Guerra de 
                           orgullos y 
                           compatibilidades. 
En eso no podríamos asentar nuestros cimientos. 
Pero acabemos con esto de una vez y para siempre,
                    dejémonos ser, 
                             dejémonos ir 
y vamos a comernos a 
                                     bocados de locura, 
que ya mañana me contás esa historia de las
                                 consecuencias, 
que lo único que me importa ahora es que me coquetees
 y camines delante mío.
 Que lo único que me importa es que me deleites con 
tu mezcla de ternura y de ese que sé yo
 que me tiene tan no sé,
 pero me provocás un hambre voraz, 
así que, perdoname, 
                                          amor, 
esta noche voy a 
                deborarte a egoísmo 
y voy a dejarte 
                         agotado de tu propio orgullo.

Dormime un rato y dejá los buenos días para después, amaneceme en el ombligo y con un "te quiero" entre los labios.

Bueno, lo conseguiste, te estoy escribiendo porque fuiste capaz de dolerme lo suficiente como para abrir el cuaderno archivado hacía ya un tiempo, aunque ese suficiente en realidad sea un poquito. Gracias, necesitaba inspiración para lo único que sé hacer bien y sin golpearme yo sola, sin que nadie pueda corregirme ni limitarme. Y eso estoy haciendo. Escribiéndote al mismo tiempo que intento cruzar la frontera de palabras no dichas entre tus labios y mis labios. Vos y yo somos tan compatibles que colisionamos, así que cada sensación quedó mirando con pesar la tierra prometido que emerge tras la frontera. Tras tu frontera, en el fondo de tu muro, tus miedos e inseguridades. De esas peculiaridades de las que ya carezco porque fui entregándotelas una a una, de rodillas, en una bandeja de plata, esto es todo para vos, mi amor. Eso que hubiera querido mostrarte. Pero ya no hay tiempo, así que corré, por favor, volá, alejate de lo verdadero y sé fugaz y volátil y huidizo y no vuelvas ya nunca más hacia mí, por favor, amor, nunca vuelvas. No lo hagas porque yo ya no quiero necesitarte y vos y yo lo sabemos, que soy la chiquita del "siempre consigo lo que quiero" y quise quererte, es verdad, pero no te vengas arriba, que tampoco lo quise tanto. Si no ya hubiéramos atravesado el muro y lo hubiéramos resquebrajado a besos. 

Dormime un rato y amaneceme con cosquillas en el brazo,
 con caricias en la espalda,
 y bebeme como me sientas,                   
                                a morro, 
                                            a bocajarro, 
                                                                  a sorbitos.
 Dormime un rato y dejá los buenos días para después, amaneceme en el ombligo y con un "te quiero" entre los labios, entre las manos, entre los cuerpos. 
Y una cosa más, 
                  amor,
 apagá la luz de ese algo que brilla así de triste 
                   entre tus ojos y mis ojos.

lunes, 12 de agosto de 2013

Y no mando en lo que siento, ni en lo que pienso, ni en cómo y cuándo te quiero. Pero te quiero.

Qué raro es todo ahora. Qué extraña la sensacion de vernos, sabiendo que fuimos uno, separándonos lastimeramente y perdiéndonos a nosotros mismos entre la muchedumbre. Porque es cierto eso de que ya no te tengo como un dia te tuve, como quise tenerte. Es cierto todo eso que dicen mis fantasmas, que soy sólo yo la que pierde, como si estuviera hecha para esto y para dejar que cada sentimiento bonito se convierta en dolor y se esfume entre estos dedos, a través de ellos, intentando fluir, estancándose y volviéndose turbios. Yo ya no puedo retenerte un segundo más.Te ponés serio y me alejo, huyo, vuelo en el vano intento de apartar la idea de perderte. Esa que me asedia. Me fundo en mí, me ahogo en tu espesor y dejo de pertenecerme, y no mando en lo que siento, ni en lo que pienso, ni en cómo y cuándo te quiero. Pero te quiero. Y me necesito a mí misma para soportar el peso de esta sensación pero soy tan débil y frágil que me rompés con tus palabras y me deshago, me desarmo, me desespero y, por fin, soy tuya. Empezó tu juego.

martes, 6 de agosto de 2013

Lo prometido es deuda.

Es justo en el instante en el que arrugás la nariz y apretás los labios cuando me tenés para siempre. Es ahí, en el momento mismo en el que tu mirada se convierte en ternura, ya está, a partir de ahí soy tuya y lo sabés, jugás con eso, te divertís, pero lo estás haciendo bien, porque lo estás haciendo conmigo y ya no me hago cargo de nada. Sin nada que decirnos, no nos faltan las palabras, no nos faltan las caricias, porque si estoy con vos no necesito nada.

Será que extraño tus besos que siempre dicen que no.

El cielo es una autopista, la ciudad huele a formol, elefantes de metales y montañas de hormigón.
Nauseabundos policías, pirotécnica función, el teatro está repleto y la muerte se te heló.
Quieren meterte en el Borda o guardarte en un cajón. Las pirañas de corbata te estrujan el corazón, con la mierda en las rodillas es difícil caminar. Podrán joder el camino pero no nos detendrán. Ellos tienen oficinas, yo sólo te tengo a vos... en verdad últimamente no me queda ni tu olor. Será que extraño tus gritos, tu locura es mi motor. Será que extraño esos besos que siempre dicen que no. Bondis en Saavedra, birome y bandoneón, será que nunca conocí New York.Tu acento de porteña, cuervos alrededor y esto está oliendo a Buenos Aires New York. Me estoy muriendo en Bs As New York. Un naipe sobre la mesa, me carteo una ilusión griito truco a los recuerdos, falta envido y faltás vos
Las calles son un pantano, nena sos mi ventiluz. Sonrió para la foto luego dijo glu, glu glu ...
Fuiste mi mejor poesía, fuiste mi mejor canción
Si el verbo está en pasado no fue por mi decisión.

viernes, 2 de agosto de 2013

Esa es la naturaleza humana; son malos, despiadados... suicidas.

Morir comiendo nada hasta ser nada. La humanidad ha sobrevivido hasta hoy a pesar de sí misma. Si dejás dos semillas y volvés al tiempo, ¿que encontrás? Una planta creciendo vigorosa. Si dejás dos animales, macho y hembra y volvés al tiempo, ¿qué encontrás? Cachorros de esa especie, vida. Si dejás a dos seres humanos juntos y volvés al mes, ¿qué encontrás? A uno. O quizás a ninguno. Esa es la naturaleza humana; son malos, despiadados... suicidas. El proyecto humano falló desde su origen, fallamos nosotros, falló la creación, aunque sea una contradicción en sí misma, porque todo lo creado es perfecto, perfeco en su imperfección. La imperfección de los seres humanos va mucho más allá de los límites. Hay que aceptarlo, se terminó la humanidad, no hay más posibilidades.

Es tan sencillo como que ustedes siguen demostrando lo que son mientras él sigue demostrando lo que vale, más intentan hundirlo, más alto vuela, más rapido renace. Así que, ¡suerte!

jueves, 1 de agosto de 2013

Soy la que seré, la que fui y la que nunca dejaré de ser.

Soy ese fruto que comí y soy el agua y los minerales que alimentaron aquél fruto. Soy, también, aquél que será mineral, que alimentará a otros frutos que alimentarán a otros hombres. Soy la que seré, la que fui y la que nunca dejaré de ser. Soy esa energía que va cambiando sin cesar. La existencia es un sin fin, se nace, se muere y se vuelve a nacer, asi como se construye y se destruye para volver a construir. La creación fue un acto violento, caótico, ¿por qué vamos a pedirle a la humanidad que no sea violenta y caótica? Los seres humanos son extrañas criaturas muy particulares, en el afán de buscar la felicidad se provocan, a sí mismos y a los que los rodean, una gran infelicidad. Ellos creen que el mayor problema es la violencia y el odio, pero el problema más grande que tienen es la indiferencia. Todos buscan ese algo que otros tienen y que les promete la felicidad a cualquier precio.