viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi espalda contra tu pecho

- He soñado con esto tantas veces, con este momento, con tenerte así.
Te recuestas a mi lado y ahora yo me subo a tu cuerpo y sonrío cerca de tu boca. Te ríes. Intentas limpiarme la cara.
- Tienes todo manchado de pinta labios, parece que te hubiera pegado.
- Límpiame. - Te digo, y te beso. 
Y nos reímos. 
Mañana será otro día, ¿qué más nos da? Total, las cosas siempre mejoran justo antes de terminar. Total, yo te quiero. Total, total, total...
Mi espalda contra tu pecho, tus ojos entrecerrados, me atropello con tus labios. Y ahora dices algo sobre que tienes que protegerme y que me cuidas más que nadie y tu voz se va apagando en mi cabeza.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Cuerpo a tierra

Ahora estoy sola, de verdad estoy sola y es lo único cierto.
Quiero lastimarte por la forma en que me haces sentir, pero mis manos sólo pueden trazar las líneas de tu boca. 
Henos aquí, cuerpo a tierra, frente a frente.
Aquí yo, tan hilvanada a este mundo como si estuviera por soltarme, contando los días que faltan para dejar de verlo.
Allá tú, tan hipotético como si te estuviera imaginando. No termino de entenderte una vez más, pero pareces decir que llegué con olor a otro lugar, a otro mar que no es el nuestro y yo te digo que la vida no se detuvo ni un momento, que lo de volver el tiempo atrás no ocurrió ninguna de las veces que lo deseé con todas mis fuerzas, que he conocido a un chico y a veces no te busco en él.
Te miro como si no me quedara nada de ti por deducir, pero sólo es mi inútil intento de convencerme de que aún no me conoces hasta las mentiras, mientras yo sólo querría haber sabido que ya habíamos jugado todas nuestras cartas y bebido todo el whisky. 
Me invitas otra vez a tu palacio, y yo acepto atrevida, tan Eva, tan musa, dirigiéndome hacia el dolor, inevitablemente. Pero yo quiero ir. Quiero que me duela.
La puta madre, está todo mal otra vez. Intento pensar que hay algo más que mi lobo disfrazado de cordero o mi hombre disfrazado de centauro, allí donde la muerte se hizo tan tangible el día que te fuiste para no volver jamás y me dejaste con el desastre y la desesperación de esta ciudad sin ti y yo quería gritarte "vuelve, que no soy tan fuerte: te echo de menos", pero a mí sólo me preocupa no decepcionarte.

martes, 1 de septiembre de 2015

Para recordar

Vuelvo a entrelazar mi mano a la tuya. Te quiero recordar todo, para que nunca lo olvides. Quisiera saber si es tan nítido en tu mente como en la mía, porque a veces yo cierro los ojos y vuelvo a estar ahí. Tu espalda está hirviendo otra vez, aquí dentro hace tanto calor que ojalá alguien abra la ventana. Y que entre luz. Así tus brazos se hacen más reales. Y ahora escribo palabras en tu pecho, mientras me sostienes con fuerza para que no me aleje, mientras me acercas más a ti, a tu corazón desnudo. Y dices que sientes que tienes que protegerme. Pero yo quiero que me hagas daño, porque si me haces bien me colonizas entera, pero si me dueles también lo haces en todo mi cuerpo. Así que no me importa el dolor, sólo quiero sentirte así de cerca para siempre. Tus piernas se envuelven en las mías, tus manos se hacen dueñas de mí, de lo que quieran. Pero tus besos no saben como yo pensaba y eso me asusta tanto que no puedo respirar. Saben mejor. Saben distinto. Pero no sabe igual y eso significa que mañana voy a olvidarme de todo. Así que voy a escribirlo, para recordar.

Historia de nosotros

Tú eres La Laguna.
Eres ese banco, ese bar, esa parada.
Eres ese árbol que guarda gotas de lluvia. 
Y también eres la lluvia, el frío y el sol. 
Y una cerveza después de clase. 
Y distintas clases de amor después de muchas cervezas.