jueves, 26 de enero de 2017

lee este, es para ti

Te sueño, te espero, te extraño
Hay cosas que se clavan dentro, no sé decirte dónde porque me duele todo el cuerpo. Son las mismas cosas que te matan si las sacas y te matan lentamente si las dejas. 
Elegí quedarme el mismo día que te fuiste sin decir adiós. No es justo para nadie. 
Las cosas que amenazaban con desaparecer permanecen ineludibles en mi cama (tu perfume, tus manos frías, tu nariz arrugada). 
La vida se detuvo para mí un día de noviembre/diciembre, tú lo sabes mejor que yo. Han pasado dos años ya. No sé si todavía lees lo que te escribo. 
Encontré hace algunos días unos recuerdos de cuando era mayo y hablábamos de caminar juntos otra vez después de algunos años. 
Confié en ti. Ciegamente. 
Se me está haciendo eterno porque todo esto pesa demasiado, y otra vez caerse y levantarse. Y no estás. Elegiste tu camino y se desune del mío, más cada vez, más. 
Perpetuo vaivén, suplicaría de rodillas que vuelvas, pero no lo vas a hacer y yo no lo voy a entender y no voy a estar bien y no va a escampar. 
Pero no será tu culpa. 
Yo no voy a prometerte cosas que no pienso cumplir. 
Yo no.