jueves, 1 de agosto de 2013

Soy la que seré, la que fui y la que nunca dejaré de ser.

Soy ese fruto que comí y soy el agua y los minerales que alimentaron aquél fruto. Soy, también, aquél que será mineral, que alimentará a otros frutos que alimentarán a otros hombres. Soy la que seré, la que fui y la que nunca dejaré de ser. Soy esa energía que va cambiando sin cesar. La existencia es un sin fin, se nace, se muere y se vuelve a nacer, asi como se construye y se destruye para volver a construir. La creación fue un acto violento, caótico, ¿por qué vamos a pedirle a la humanidad que no sea violenta y caótica? Los seres humanos son extrañas criaturas muy particulares, en el afán de buscar la felicidad se provocan, a sí mismos y a los que los rodean, una gran infelicidad. Ellos creen que el mayor problema es la violencia y el odio, pero el problema más grande que tienen es la indiferencia. Todos buscan ese algo que otros tienen y que les promete la felicidad a cualquier precio.



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