martes, 31 de mayo de 2016

te quiero pero es raro

Mirá, voy a decirte una cosa: no hay fuerza en el mundo capaz de romper el hilo rojo y el que nos une atravesó el océano. Se tensa, crece y nos separa, tira y nos vuelve a unir. Hoy, mañana o cuando pasen 20 años más. Nos vuelve a unir.
Yo lo intento. Te juro que intento perpetuar la distancia que nos divide en perfecta armonía. Pero cuando son las tres y diez en tu isla me ahoga la noche imposible sin vos.
Mirá, hay heridas que no dejan marca y otras que hacen agujeros de bala y las intentamos tapar con tiritas. Cada vez que me despido de ti para siempre siento que me disparan el alma. 
El hilo rojo no es infalible. Hace lo que puede y nosotros propiciamos o acabamos con el resto. Yo no sé qué pasa por tu cabeza. No sé si me odias, si me quieres, si estás enfadado o si me echas de menos. O si no sientes nada. 
Sólo sé de mí. Que soy incapaz de dejar de insistir en lo que hace daño. Que no quiero soltarte. Que escribo y me desangro, escribo y me duele y volvería mil veces de rodillas a entregarte el amor que siento por ti, ese que no quieres. Y volvería a pasar por todo lo que me ha traído a este momento, lo bueno y lo malo, los besos y las peleas, tu cariño y tu abandono. Volvería si al final del camino me estuvieras esperando con lo que tengas, con lo que te quede. 
Y no tengo razones para explicar esto.

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