miércoles, 4 de junio de 2014

Y nuevamente se desmoronarán las paredes de todo lo que construimos juntos.

Día 1:
Como beber sangre de unicornio. 
Así se siente superar los días mas débiles 
y llenos de flaqueza. 
Pasarlos me da la fortaleza suficiente para aguantar, 
tal vez un par de días, 
con suerte una semana más 
y nuevamente se desmoronarán 
las paredes de todo lo que construimos juntos. 
Y tengo que sostenerlas con mi cuerpo 
pero me tapan cada vez más 
los escombros de nosotros. 

Sensación, día 1000:
Me avergüenzo tanto de mi error 
que no me da la cara de contárselo a nadie. 
Pasó lo que dije que pasaría 
y es que te lo tengo más conocido que a mí misma. 
Una vez más, arruiné el esfuerzo 
y la constancia de semanas largas y horas eternas. 
Ahora al menos sabe lo que pienso, 
pero él nunca va a cambiar, 
jamás va a merecer todo este amor. 
Con lo tranquila que estaba... 
Hacía siglos que no se me escapaba una lágrima 
por amor, por dolor. 
Y ahora otra vez la niña débil y azul 
se apodera de mi cuerpo. 
Y vuelta a empezar,
 a recorrer cada día con un peso 
que triplica mi fuerza cargado sobre la espalda
-que alguna vez abrazaste-
El peso de nosotros, 
de todo lo que nos quisimos 
y la mierda que queda ahora. 
Y caminar cada minuto que compone esta vida 
con cadenas en los pies que acaban en enormes bolas. 
Estropeé todo e hice que,
en un segundo, 
todo el sacrificio quedara reducido a nada. 
Nunca voy a aprender a rechazar 
lo que me hace tanto mal 
mientras me engaño con que me hace bien. 
Pero al menos comprobé que de ilusión ya no hay indicios. 
Tuvimos la hora y el mejor momento 
y dejamos que los de fuera nos lo arrebataran todo. 
Quedamos desarmados y vacíos. 
    Sin nosotros. 
           Sin nada.

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