sábado, 31 de mayo de 2014

Si he sido beso es que mis labios aprendieron a ser beso para ti.

-El amor se acaba cuando las palabras se acaban. Cuando no hay nada más por escribir, por decir, cuando son otros los que tienen que poner en tu boca los versos que te hacen falta, el amor empieza a irse lentamente. 

"Ahora que te busco y tú no estás recuerdo que sólo la tristeza quiere hablar conmigo. Ahora que la lluvia se ha llevado el último girón de mi vestido, ahora que he olvidado lo que soy, recuerda en el pasado lo que he sido. Si he sido lo que fui fue por tu cuerpo. Si he sido noche fue tu noche quien lo quiso, si he sido beso es que mis labios aprendieron a ser beso para ti. Si he sido lo que soy fue en tu regazo, si he sido vida fue por darte a ti la vida, amigo. El tiempo no fue tiempo entre nosotros, estando juntos nos sentimos infinitos, y el universo era pequeño comparado con lo que eramos tú y yo. Si fuiste lo que fuiste fue en mi casa, que para ti fue tu palacio y tu guarida, amigo, qué dulce esa palabra y qué sencilla esa palabra suena hoy. No hay noche más oscura que esta noche y el frío se va depositando en los rincones del alma, y ahora que el silencio va borrando la suave vibracion de tus palabras, ahora que no soy apenas nada, recuerdo lo que fui cuando no estabas. Si he sido beso es que mis labios aprendieron a ser beso para ti. El tiempo no fue tiempo entre nosotros, estando juntos nos sentimos infinitos y el universo era pequeño comparado con lo que éramos tú y yo. Amigo... amigo."

Ya hace tiempo que murió la poesía. 
Hace meses que no hay más versos
ni palabras para colar entre líneas. 
Por eso ya no te habla. 
Y tú nunca tuviste nada que decirle, 
por eso nunca le hablaste. 
No hay manera de describir cuánta falta le estás haciendo. 
Por eso es que murió la poesía, 
porque no hay metáfora capaz de explicar 
ese hueco que traspasa sus costillas 
y hace que todo sea negro y frío. 
No importa lo que realmente sienta, 
si puede convencer a los demás. 
¿Te das cuenta? Han hecho falta varias semanas 
para escribir dieciséis sencillos renglones. 
Que no te explican nada. 
Que ojalá vuelvas, pero no vuelvas nunca.
Dime cuántos libros están aún sin leer en tu estantería. 
Niña que ahora ve la vida de un total azul. 
Pequeña que encontró la salvación en un color. 
Te aferras, siempre te aferras a todo 
de una manera tan fuerte que 
la más mínima separación te destroza. 
Pero tan tuya en esa pertenencia. 
Nadie más puede entender de qué hablas, 
nadie puede comprender 
por qué amas con tanto amor a quien eliges querer. 
Porque no es casual, es tu decisión. 
Ya no escribas para otros, 
ni una palabra desperdiciada más, chiquita azul. 
Toda tu poesía para ti. 
Todos esos versos que se te agolpan en el pecho, para ti. 
Quién podría merecerlos más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario