martes, 24 de junio de 2014

Desórdenes

Lo que necesito es recuperar el orden, incluso el de mi desorden favorito (claro que hablo de ese que sólo vos conocés bien). Tengo que recuperar el control de todas mis obsesiones, ponerme al día con los libros que están a medias, con las series abandonadas a mitad de temporada, con los poemas a medio hacer, con las personas a medio conocer. Qué fácil y qué bien va todo cuando lo tengo bajo control. Sólo si estudio toda la mañana podré ver un capítulo de Juego de Tronos, escribir un poco, correr un rato, tocar la arena, tomar el sol, nadar como en aquellos días. Sólo si me dejo ser feliz podré hacer todo eso de lo que disfruto. Y quién sabe, tal vez también pueda besarte. Por primera vez, de nuevo. Una vez más. Esto no es un poema. Esto no es para vos, para ninguno de los que lo estén pensando. O tal vez sí es para alguno, para el que menos lo espera. Para el que está harto de no ser él por quien escribo. Lo que está claro es que es para mí, a ver si me organizo un poco, que ya me cansó lo de dejarlo para el último momento, que después vienen las prisas y a mí no se me da bien eso de olvidarte rápido. O eso de olvidarte. Punto.

Un poco para mí, un poco para vos, tanto para el otro. No hay orden ni en lo que escribo, pero hace demasiado que no improviso lo que tengo que decirte, que decirme, y lo releo veinte veces antes de darle a "publicar", e incluso ahí vuelvo a cambiarlo, y una vez me dijiste que hablarte escribiendo un poema era fácil, porque podía pensar lo que quería transmitir, que lo verdaderamente difícil sería decirte que te quería mirándote a los ojos. Pero para mí no existen dificultades si me enfrento a tu mirada, no tengo miedo de nada y cuántas veces habré llorado ante esos ojos que creía impasibles. Tiempo después aprendí a valorar el aguante que tuviste conmigo. No fue fácil sostenernos a los dos, y así nos derrumbamos. Pero esto no estaba siendo para vos, y sigue sin serlo.

Fue inhumano para los demás, tanto tiempo en contra de la rutina hizo que el desorden fuera, precisamente, llevar una. Y ahora que quiero volver a instalar la calma en todas las parcelas de mi vida, sólo será posible volviendo a lo inhumano. A que la rutina sea el caos y la solución esté en hacer una vida diferente cada día, ser alguien nuevo y distinto cada mañana que amanezca de noche porque no importa a qué hora se duerma o se levante el sol, nosotros vamos a lo nuestro, y afuera que caiga el cielo. Total, yo quiero volver a querer queriendo sanamente. A mí. Quiero perdonarme, reconciliarme conmigo, dejar de regañarme por haber cambiado el plan. Parar de culparme, de juzgarme, de gritarme, de corregirme, de querer ser perfecta en todo y vuelta a empezar. Ahora que ya no estoy en  mi contra, el mundo viene a mi favor. Y qué bien sienta liberar el lastre y quemar todo lo malo.

Pero no me hagas mucho caso que, como siempre digo, esta no soy yo. Es ficción literaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario