viernes, 25 de abril de 2014

Que se acabe el mundo. Que termine todo.

Prefiero una muerte lenta entre tus brazos
a librar y ganar mil batallas sin ti.
Que quiero caer, y caer en el olvido
y marcharme sin nada que entregarle al mundo
antes que seguir de rodillas ante ti.
Y por supuesto que deseo que se acabe la tierra,
que se acabe el agua,
que nos llegue el fin.
Cien veces el fin a no tenerte.
Cien veces arder en una hoguera a no besarte otra vez.

Es lo que quiero.
Que termine todo, que se acabe mi dolor
y el del de al lado, y también el tuyo si te duele.
Que se acabe el miedo,
que nunca más nadie puede volver a tocarte.
Que les llegue el fin a los que mancillan tu nombre.
Que se retuerzan de dolor por tanto daño.
Que no los juzguen en el final,
que no tengan una segunda oportunidad en la Tierra.
Que se acabe el mundo, que termine todo.

Que se cierren tus ojos
y nunca más vuelvan a mirar a nadie como me miraban.
Que se te pare el corazón
y no vuelva a acelerarse ante nadie.
Que se te corte el aire
y que no sea por mí.
Ojalá que mueras, lentamente, entre mis brazos
y ojalá que me sueltes
justo antes de morir.

Que nos caiga un rayo y nos parta en miles de pedazos
y que jamás nos puedan reconstruir.
Sí, que termine todo,
que no volvamos a tenernos frente a frente.
Que seamos la víctima y el verdugo,
que me den un hacha para hundirla en mi espalda
y cortarte la cabeza con la misma.
Que nos asfixiemos
con la almohada en la que dormimos juntos,
que arda en llamas la manta que nos protegió del frío.

Que se acabe el mundo, que termine la esperanza.
Que desfilen, uno a uno, todos los villanos del planeta
y nos guíen a la destrucción.
Ojalá, ojalá que muramos de maldad,
de odio, de oscuridad.
Que las flores ya no quieran florecer,
que las abejas no quieran polinizar,
que se avergüencen de nosotros
todos los seres que convivieron en armonía.
Ojalá sientan lástima por ti, por mí, que no nos supimos amar.

Que se acabe el mundo sin saber perdonar,
sin volverte a mirar, sin haber hallado la paz,
sin el fantasma de una última sonrisa.
Que caigan edificios y quede todo destruído a nuestro paso.
Hagamos que el diablo esté orgulloso.
Hagamos que Dios quiera llorar.
Que no nos juzguen en el final, porque no supimos amarnos.
Que ese sea mi castigo,
el que te quedes atrapado en mis recuerdos,
y que sea el tuyo vivir atrapado en mi interior.

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