miércoles, 30 de abril de 2014

Fueron versos -libres-

Fue, sin dudas, el mejor verano de su vida.
No vio a nadie que no quisiera ver,
dejó a un lado playa y fiestas
y estuvo con él todo el tiempo que pudo.
Se aficionó a las conversaciones con cerveza
y a la cerveza en sí,
a que una mesa no significara nada
sin una bien fría sobre ella
y sin tenerlo a él mirándola.
No hizo nada que no quisiera hacer,
se rió y fue todo lo feliz que quiso,
sentía que por fin la querían así de niña;
inocente y frágil.
Que podría ir al cine, hablar de todo y no enterarse de la película
y a alguien iba a gustarle no enterarse de nada
por escucharla a ella.
Y vio horas y horas de Tarantino,
no intentaban demostrar quién se quería menos.
Era "buenos días" y era "buenas noches" todos los días
y en realidad lo eran, por estúpido que pareciera,
sólo era así si él se lo decía.
Sí, no dejo ni un mínimo espacio para que se cuelen las dudas,
fue el mejor verano de todos porque lo descubrió a él,
porque se encontró a sí misma,
porque fueron poesía
y de la más bonita que jamás había recitado.
Fueron poema,
fueron versos -libres-,
fueron estrofa, tuvieron métrica.
Algunas noches fueron tango
y otras tantas sólo peleas,
y ha llegado a la conclusión de que es mejor cuando está con él
que cuando no es así,
porque le da las ganas
que el resto del mundo le quita
de intentar ganarse un buen lugar en el cielo.
Y es verdad que no la mató,
pero la dejó con todas las ganas de morir.

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