miércoles, 26 de marzo de 2014

Te busco entre mis miedos.

Te busco entre mis miedos

La vida es mas bonita cuando tenés a alguien con quien follar todos los días,
o eso intentan hacerme creer.
Y les creo, yo qué sé,
por necesidad, por admiración,
pero les creo.
Aunque en lo más profundo de mí
sé que la vida es más bonita cuando te tengo a vos todos los días.
Para lo que sea.
Que nada se compara a esos cruces
en los que estoy dispuesta a matarme,
los de nuestras miradas,
ni a escucharte reír.
Nada es más bonito que caminar rodeada de gente
una tarde más que cualquiera
e ir dando saltitos como cuando jugaba en el patio de la abuela con Cristian y Lucas
y se les movía el pelo.
Saltitos que intento reprimir, pero no puedo.
Y qué decir de la sonrisa que no quiero borrar,
un reflejo de la más hermosa,
que es la tuya.
La sensación de victoria
que me da saber que peleé por esto
con todas las células que me componen desde adentro,
que no me rendí ni un instante
y siempre supe,
hasta en la noche mas oscura y que más lejos estuviste,
que no iba a perderte por nada.
Siempre tuve claro que llegaría el día que pondríamos fin al dolor
y a querer lastimarnos
y todas las emociones que conocí
abrazada a tu espalda
volverían a revolotear a mi lado.
Que fueron pocos los segundos
que dudé de la certeza de tu perfume
y de levantar la mirada para volver a encontrarte.
Que te quiero, más que nunca,
más que a nadie.
Que en la desconfianza, confío.
Que en los celos, te cuido.
Y en las peleas, frustraciones,
discusiones, gritos, silencios,
en tus enfados o en los míos,
justo ahí es donde te encuentro
y sé quién es el hombre que me juega un pulso
y quién la persona que intenta mostrar un sentimiento
y le cuesta horrores explicar lo que le pasa,
y me aferro a vos se meta quien se meta,
aunque todavía hoy le sonría a tus recuerdos,
a los que no duelen.
Que aprendí de mano de otros
a valorar la soledad que me da tenerte,
a apreciar los lugares donde no me costaría acostumbrar tu presencia.
Y que ahora sentarme sola en una cafetería,
recorrer tiendas sin nadie a mi lado,
ocupar todas mis tardes
en caminar peatonales que se vacían,
ahora que lo hago sola cobran todo el sentido,
porque sé que,
en algún punto,
lo estoy haciendo a tu lado.

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