miércoles, 17 de julio de 2013

Veinticinco de noviembre.

Al final de cada día desde hace, mañana, veinte meses, me acuerdo de cosas estúpidas que hicimos juntos o que pudimos hacer pero no me atreví. Todas las noches antes de dormirme me imagino a tu lado. Sólo eso. Nada de paseos, ni cines, ni peluches, ni helados, como esa noche Sólo vos y yo, lado a lado. A veces imagino que vuelvo a apoyarme en tu hombro, que vuelvo a cerrar los ojos y a obligarme a disfrutar de ese segundo más que perfecto como si no hubiera un mañana. Pero es que para nosotros no hay tal mañana.

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