jueves, 9 de junio de 2016

¿cómo se baja el telón en una historia que ni siquiera comenzó?

Ya no me acuerdo por qué te quiero tanto, ¿podrás perdonarme? Creo que es por la paz que me daba abrazarme a tu espalda después de mucho tiempo sin verte. Cerraba los ojos y respiraba tu perfume. Qué feliz fui en esos momentos, no existen palabras. 
Jamás hubiera pensado que el tiempo que nos separa podía ser infinito, pero lo es y ahora sólo tengo recuerdos vívidos cuando parpadeo muy rápido.
Qué año tan difícil para mí ese que creía tenerte y a ti no te importaba nada. Era tan pequeña para unos sentimientos tan grandes que todavía no puedo explicarlo, pero era todo para ti y te lo hubiera querido dar de rodillas. 
No era más que una niña cuando me di cuenta de que nunca volvería a sentir tu abrazo dulce y salvaje a la vez. Jamás podré comprenderlo, que todo lo que yo sé de amar lo aprendí cuando me dabas la mano, cuando me mirabas fijo como si no hubiera nada más. Y ahí me quedé, perpetua, inmortal. 
Tú y toda tu ternura son tan míos como mi risa o mis pies. Eres todo lo que yo quise y quiero, por encima de este mundo, de mí misma. Y algo siempre va a decirme dentro que lo intente otra vez más. Porque cuando ocurre es un milagro. Y sólo pasa una vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario