miércoles, 2 de julio de 2014

Inquietudes

Esta crisis de incertidumbre va mucho más allá
de que me hayas dejado sola,
o de que yo te haya dejado a vos
y que al final los dos nos abandonáramos.
Llega a que no sé qué estoy haciendo
ni qué quiero hacer,
no sé a dónde voy, no sé con quién.
Cuál es el camino que elijo para mí.
No se puede vivir de amor
ni de poesía o felicidad.
No se puede vivir.
Pero quisiera.
Vivir de amarnos.
Hacia dónde se dirige el mundo,
por qué ya nada me llena
y no parece ser tan sencillo como antes.
Todo se siente como un fracaso escolar;
discutir, enfadarme, sacar una u otra nota,
irme, quedarme.
Todo se parece a un fracaso escolar,
lo mires por donde lo mires.
Pero el fracaso es mío.
Por no haber tomado
las decisiones correctas en su momento,
por no haber hecho lo que sentía.
Por escuchar a los de fuera
que no hacían más que demasiado ruido
para tan pocas palabras.
Y ahora quieren llevarme.
Quieren saquearme de mi escasa potestad de vos,
de mí, quieren robarme.
¿Todavía me entendés?
Y yo no sé si quiero o no quiero,
si acepto o no lo hago,
si tengo decisión en esto o si, otra vez,
soy un muñeco al que arrastran
de un lado al otro porque no siente nada.
Y aviones y más aviones,
maletas y más maletas.
Y despedidas, decir adiós para siempre
y siendo consciente de que es para siempre.
Despedirme de vos para no volver a verte.
Y de Isabel.
Y de mi casa, de mis calles,
de todo lo que es mío porque lo conozco,
porque me conoce.
Porque me ha visto atravesarlo miles de veces,
porque sé dónde estoy cuando estoy sola
o cuando estoy con vos.
Sé a dónde ir
cuando no tengo un lugar al que dirigirme.
Pero a la vez nada de esto es mío.
Y aquello tampoco.
Y nada, no tengo nada
porque hicieron conmigo lo que quisieron.
Me exiliaron, me desarraigaron
y volvieron a arraigarme y ahora,
que me convirtieron en una errante,
quieren, una vez más, repatriarme.
Pero hacia dónde,
si yo no tengo patria...
si yo no tengo a nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario