martes, 20 de mayo de 2014

Cuánto necesito que vuelvas en 382 (trescientas ochenta y dos) palabras.

Te conocí cuando tenías diecinueve años
y diecinueve mil experiencias paralelas a las mías.
Te conocí, y no era lo que yo quería, 
lo que buscaba. 
No era nada. 
Era destino, en el estado más puro de esa materia.
Era yo, estando perdida. 
Eras vos, que te tocó encontrarme. 
Y no pudiste conmigo y te culpo. 
Trescientas ochenta y dos noches pasaron desde la primera
y juro, por todo lo que pueda importarme, 
que nunca imaginé 
que me vería con los ojos con los que me miro ahora.
Delante de la misma ventana –la tuya- 
y siendo una persona completamente diferente. 
Teniendo unos sentimientos totalmente distintos.
Siento que, en este montón de días,
la poesía se fue apagando para mí, 
que ya pocas cosas quedan por decirte 
y no tengo nada más que hacer a tu lado.
Sé, y me mata de dolor, 
que todo lo que pueda llegar a escribirte
va a sonar a despedida, 
porque no hay una esquina en mí donde puedas hallar esperanza.

Cuando me descubriste tenías diecinueve años, 
y no importa a quién conocieras 
o con quién pensaras que hablaste, 
porque esa, esta noche, no soy yo. 
Y hace tiempo que esto viene siendo así. 
Que no sé si soy la que te quiere, 
la que te odia, la que te necesita, 
la que se despide de vos 
como quien da el último adiós al ser más querido. 
Y con la tristeza de verlo partir cada día. 
Quería hacer una historia que contara quiénes somos, 
pero nos desconozco, y qué miedo. 
Ya no quiero más dolor, quiero liberar el lastre
y cada día lo empiezo con fuerza 
pero con la fuerza equivocada. 
Con la ilusión renovada de que hoy sí, 
que vas a darte cuenta de cómo vienen las cosas. 
Y se va apagando junto con el día. 
Si no es para quedarte, por favor, no vuelvas. 
Aunque ahora sientas lástima por mí, no vuelvas más. 
No te preocupes -si lo estás haciendo-, 
es sólo que algunos días cuestan más que otros 
que son imposibles. 
Pero volvé, que necesito que vengas a tocar mi cuerpo, 
             aunque me deformes el alma
Quiero regresar al verano del amor, 
quiero reírme y ser feliz y ver que sos feliz conmigo 
y agradecer a la vida por haberte traído, 
aunque me la hayas quitado.
















[Esto somos nosotros, somos azul. Yo soy azul. El azul es hermoso. Es tristeza, es amor, a veces es dolor, muerte. Es una ilusión, es magia. Azul soy yo cuando estoy con vos, azul soy yo cuando no te tengo.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario