martes, 24 de diciembre de 2013

-Y menuda palabra más estúpida es "beso". Suena terriblemente mal en los labios de cualquiera que se disponga a besar, o de la tonta que se dispone a soñar con que la besas.

Esta noche no quiero escribirte ni un solo poema.

En algún momento llegué a pensar que podría encontrarme un día en el que convertirte en verso sería aburrido.
Pero no llega, incluso parece más lejano cada vez.
Como si eso fuera posible, quiero decir,
que al paso de los días haya uno que se vaya alejando.
Pero con vos todo es posible en esta crisis de incertidumbre.
Quererte siendo débil fue, finalmente, mi elección.
Y eso implica que elijo que me duelas a que no me hables,
que me conformo con las sobras de un amor resquebrajado
y martillado a esquinas lúgubres de bares de paso
en las que se conoce de todo,
menos el amor,
antes que saber que mañana es Navidad y tal vez no puedas llamarme.
Implica que elijo las cuatro de la madrugada de cualquier noche del año haciéndote poesía,
que las cinco de la tarde en brazos de cualquier otro que no use tu perfume ni tenga tu sonrisa
"-o el precipicio de tu clavícula-".
Significa que te quiero a vos por encima de mí,
por encima de lo que significa querer verdaderamente a alguien,
que prefiero la soledad fría que me recuerda lo cerca que estuve de ganar esta batalla,
que la soledad a secas,
la que lo único que me recuerda es que un día decidí que tal vez me convenía intentar olvidarte.

Sandeces.
¿Cómo iba a convenirme apagar el interruptor que generaba energía, luz y calor en mi vida?
Pero te juro,

        amor,

que esta noche no tenía intención de escribirte ninguna tontería más,
que ya me parecían suficientes
las trescientas cuarenta páginas de mi diario que un día estuvieron en blanco
y hoy más bien parecen estar pálidas y enfermizas,
y, por supuesto me parecían demasiadas
las ciento setenta noches que dediqué a soñarte.
Sin embargo, está claro que nunca tengo suficiente de vos.
Esto es, que nunca me parecen suficientes los enfados ni las reconciliaciones,
ni las peleas fuertes o las tontas,
las sonrisas, las risas, los celos, los abrazos,
las ganas de verte, de vernos, de tu mirada, tus abrazos.
Y, sin dejar ni el más mínimo lugar a dudas,
jamás me va a parecer suficiente ese beso.


-Y menuda palabra más estúpida es "beso". Suena terriblemente mal en los labios de cualquiera que se disponga a besar, o de la tonta que se dispone a soñar con que la besas, pero es que ayer empezó otro invierno y ya me aseguraste tristemente que no lo vamos a compartir y que el "por un 2014 a tu lado" no va a salir de tu boca. Al menos no para posarse en la mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario