viernes, 19 de julio de 2013

Que lo apague para siempre.


No tengo una voz que agrade a sus oídos, pero aunque eso cambiara en manos del tiempo no tengo esperanza en un futuro, no tengo fe, no tengo ilusión. Ni ganas de soñar, ni ganas de esperar, ni ganas de creer. Tengo el poder de la insuficiencia y la inutilidad en ambos polos. No importa quién me sienta, no encajo en ningún sitio. En ambos, estoy condenada al mismo... - y por siempre. No tengo más que el incesante deseo de calmar el silencioso grito lastimero de mi alma. Si alguien sabe dónde está el interruptor de mi Sensibilidad... que, me haga el favor, lo apague para siempre. Si es que lo tengo.


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