lunes, 2 de febrero de 2015

Como pensamos que haríamos más daño

Alguna vez nos lastimamos, como pudimos, como quisimos, como pensamos que haríamos más daño. Tengamos al menos la decencia de dejar de negarlo. Ya no me quiero revolcar una noche más en aquello que me destrozó el pasado, en el principio y el final de mi yo más funesta. ¿No te parece mejor deleitarnos con Le valse d'Amélie? Juraría que es el momento más apropiado para no volver a intentarlo, porque vos, porque yo, ya estamos transformados. Ya no somos esos que se quisieron tanto, ni siquiera somos los que discutieron tanto, los que se gritaron, la que lloró en la acera, el que se mantuvo impasible, el que alguna vez sostuvo mi mano. Ya no somos. Y no queremos ver la cara de los que pensaban que estábamos acabados, porque al fin, mírennos bien, al fin lo estamos. Que sé pronunciar los nombres de todos esos que estarán felices de habernos devastado, aunque tengo que informarles algo: a nosotros nos pusimos fin nosotros mismos, ninguno de sus intentos les dio resultado.

Con la misma certeza con la que aseguramos el desastre que causaría un enfermo de Parkinson haciendo de neurocirujano con una llave inglesa, nos cercioramos también de rasparnos con toda esta maldad las rodillas. Pero yo te miro y te sigo observando y me sigo abstrayendo del mundo y de mí misma cuando son tus ojos de fauno los que me están crucificando. Me sostenés la mirada pero ya no nos sostenemos las manos, ya no me mordés los labios, ni tu pecho de centauro más hermoso soporta mi sueño y se convierte en mi hogar y remanso. No estamos aquí, esto no es una fiesta, no estamos borrachos. Somos algo ya muy abandonado, algo que pasó, incendió toda la nieve que albergamos en nuestras botas y se largó tan despacio, o tan rápido que no pudimos soportarlo.

Sé en qué estás pensando y no, todavía no he lavado ese vestido que dejaste colonizado con tu perfume de hombre adulto que actuó como el niño más cruel e insensato. Y puede que se quede arrugado en esa silla durante todo el año. No quiero tocarlo, no quiero tocarte, no quiero recordar pero volvé, que te extraño tanto...

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