jueves, 8 de diciembre de 2011

Tengo unas inmensas ganas de ti.

Nadie hace caso del agua que va después de la lluvia, cuando vuelve el sol. Poco importa si sobre esa agua hay lágrimas después de haber llorado por amor, por dolor. El agua se evapora, vuelve al aire y a nuestros pulmones, respirando el viento que sentimos en la cara y las lágrimas vuelven a entrar en nosotros, como las cosas que hemos perdido, pero nada se pierde en realidad. Cada segundo que pasa, cada luna que surge, no hacen más que decirnos: ¡VIVE! Vive y ama con lo que eres, como tú seas, por lo que seas. Mira hacia arriba, hacia el cielo, cierra los ojos y no te canses nunca de soñar. Gin, la vida es muy corta para no ser felices… juntos.

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