jueves, 2 de septiembre de 2010

DEFENSA.

Ese es tu trabajo, defender. Lo que voy a pedirte ahora no es nada nuevo para ti. Protégeme, amor, es todo lo que necesito. Ponte delante mío, cúbreme con tu cuerpo grande, fuerte y seguro. Salta, muy alto, tanto como puedas, para alejar toda la oscuridad de mí. Protégeme con tus brazos, rodéame con tu ser. Agacha el cuerpo, mantén la mirada alta, atenta al peligo. Valiente. Cuídame de mis miedos, defiéndeme de los problemas y enséñame a enfrentarme a ellos. Cuando creas que estoy preparada, dame la mano, ponme a tu lado y susúrrame que ya no puedo seguir tus huellas cuando te vayas. Dime que ya es hora de hacerlo por mí misma, pero que siempre estarás a mi lado. Ayúdame para evaporar mis temores contigo. Cuídame, protégeme, defiéndeme...hasta que podamos unir nuestras fuerzas. Solo eso, por favor. Quiero saber que estarás ahí cuando me caiga y saber que tendré tu mano para levantarme. Confiar en que tus brazos me protegerán y en que secarás mis lágrimas con tus palabras. Cuando el peligro aceche, mantente firme a mi lado, porque estoy amando y el amor es un sentimiento peligroso. Todavía no estoy preparada para enfrentarme a todo. Por eso quiero poder agarrar tu mano, apretarme a tu cuerpo, abrazar tu cintura, besarte, sentirme a salvo. Tú eres valiente, enséñame a serlo, para poder amar los dos juntos, uno al otro, con tranquilidad y seguridad. Defiéndeme con tu amor esta noche y para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario